viernes, 22 de julio de 2011

Cuáles son las trabas para vender el libro

A 18 días de la presentación del libro José Alperovich, el zar tucumano, el personaje del libro hizo referencia a la investigación periodística editada por Dunken. "Son unos mentirosos, jamás me preocupo por eso. Que vendan el libro donde quieran. Yo cuido la democracia como hecho, no solamente como palabra", dijo el gobernador, en diálogo con periodistas que cubrían su recorrida matinal.
Desde diversos medios de comunicación tomaron nota de las restricciones para comercializar el libro. Hasta este momento habíamos preservado a las librerías, pero vamos a dar a conocer públicamente todas las restricciones que sufrió la venta de "El Zar tucumano".
Un empleado de la librería Los Primos, ubicada en la calle Muñecas 288, reconoció que sufrió presiones por la venta de la obra. "Te van a inspeccionar todo", le advirtieron. Ante esa presión, el encargado me dijo: "Lo vamos a vender, pero con bajo perfil. No lo vamos a exhibir en la vidriera".
Lo siguió vendiendo unos días más, y de pronto no solicitó más ejemplares. Lo fui a visitar y me dijo: "Tuve 24 inspecciones. No puedo arriesgar la fuente de trabajo de seis personas por un libro". Su sentencia fue tajante.
A la librería El Griego, en Muñecas 287, lo fui a visitar tres veces. La última, me pidió un remito de la editorial Dunken para recibir los ejemplares. Conseguido ese trámite, el lunes 18 de julio le dejé 24 libros. A amigos que me preguntaban dónde vendían el libro, los envié a esa librería. Misteriosamente, me llamaron unas horas más tardes para advertirme que no quedaban más libros allí. Fui el miércoles 20 de julio a ver cómo iba la venta y para saber si necesitaban más ejemplares. "La venta va bien", me dijo el dueño, sin mirarme a la cara. Le consulté si tenía más ejemplares y me respondió que sí. Entonces, le comenté que había mandado a unos amigos a comprarlo ahí y que no se lo habían querido vender.
"Yo no quiero comisarios políticos. Tengo 40 años de librero, nadie me va a decir a quién le vendo y a quién no; ni donde tengo que exhibir los ejemplares. Sé quiénes son tus amigos, por eso no le quise vender", reconoció.
Entonces, le respondí: "Para qué me hacés venir cuatro veces si no vas a vender los libros. Me hubieses dicho de entrada y no perdía tiempo", le dije.
Se enfureció.
A la noche mandé a retirar los libros que le habían quedado. Retiré los 24 que había dejado inicialmente. No había vendido ni uno a pesar de las decenas de clientes que pidieron un ejemplar de "El zar".
Lo más grave, tal vez, fue lo de la distribuidora Rómulo Guzmán, que comercializa las revistas Noticias, Caras y Gente en la provincia. Me habían prometido distribuir el libro en 100 puntos de ventas entre Tucumán y Salta. Al día siguiente fui a dejar los ejemplares, 72 en total, y la promesa de dejar más entre lunes y martes para continuar con la entrega. Hasta se había acordado la división del porcentajes de las ganancias: el 30 por ciento era para el canillita, el 10 por ciento para la distribuidora y el 60 por ciento restante para los autores, José Sbrocco y Nicolás Balinotti.
Lo llamativo fue que a las dos horas llamó Fernando Torres para decirme que vaya a buscar los libros, que no los iban a poder distribuir "porque habían apretado al dueño", que en ese momento estaba en Paraguay.
Cuando fui a retirar los libros, el encargado de la distribución lamentó la medida porque tenía muchos pedidos y que iba a necesitar pronto que le restituyera más ejemplares. "Ni en la dictadura nos prohibieron repartir algo", me dijo otro empleado que veía cómo me entregaban los libros.

Las trabas a los quioscos
No sólo las librerías y la distribuidora Rómulo Guzmán fueron víctimas de persecuciones oficiales. También la sufrieron los quioscos de diarios y revistas. En la puerta de la Gran Vía se vendía el libro con total éxito, hasta que de repente dejó de solicitar los ejemplares, cuando la comisión que quedaba para el canillita superaba ampliamente la media del mercado: 40 por ciento. "Tengo miedo que me levanten el quiosco", me dijo antes de devolverme 10 ejemplares que había escondido en un placard del local Beige, en San Martín al 600.
Otros canillitas también se negaron a recibir los libros por temores oficiales, como el que está ubicado en el Shopping del Portal, en Yerba Buena. Había vendido 12 ejemplares en un solo día. "Vienieron los enviados de José, me dijo, y me preguntaron cómo estaba inscripto en ganancias, sobre los pagos de monotributo. Prefiero dejar de venderlo", me dijo anoche Dócile, el titular del puesto.
Un caso similar vivió el kiosco Polito, también en Yerba Buena. "Vino un hombre y me dijo que no podía vender el libro porque estaba prohibido por el gobierno. Entonces,  le dije que ´quién era para prohibirme vender el libro´ y me amenazó con clausurarme el local. Hice una llamada telefónica y le pasé el tubo. Al rato se fue sin decir ni siquiera chau".
En sus palabras, el gobernador no desmintió ni una línea del contenido del libro, sino que refutó la información sobre las restricciones a las ventas. Queda claro, con este post publicado en el blog, cuáles son las restricciones, con nombres y apellidos.
Otra situación incómoda es el silencio de los diarios tucumanos sobre esta situación. Como publicamos en otro post, La Nación, Clarín y Perfil se hicieron eco de lo expuesto por el diputado nacional por Tucumán Juan Casañas (UCR) y ningún diario tucumano lo hizo. Lamentable.

José Sbrocco jsbrocco@gmail.com

























 

jueves, 21 de julio de 2011

La censura al Zar tucumano, en los medios

La restricción a la venta en Tucumán de la obra periodística "José Alperovich. El zar tucumano" tuvo repercusión en los principales medios del país.

El diario La Nación: Presión de Alperovich

El semanario Perfil, en su edición digital: Denuncian censura de un libro sobre la vida del gobernador Alperovich

El diario Clarín: Peleas por el libro sobre Alperovich

El libro, editado por Dunken, se puede conseguir en Tucumán en la librería El Quijota (San Lorenzo 699). En Buenos Aires se puede adquirir en Ayacucho 357 (esquina Corrientes).


Contacto: jsbrocco@gmail.com y nbalinotti@lanacion.com.ar

viernes, 15 de julio de 2011

Más presiones para distribuir El Zar tucumano

Después de restringir la venta del libro “El zar tucumano” en algunas librerías, el gobierno de José Alperovich frenó la distribución de ejemplares que iban a ser entregados en kioscos de diarios por la agencia Rómulo Guzmán, la misma firma que reparte las revistas Noticas y Caras en la provincia.
La distribuidora había acordado con los autores del libro el reparto de 150 ejemplares en Tucumán y Salta. Incluso, hasta se había acordado la división de ganancias: 30 por ciento para el canillita, 10 para la agencia y un 60 para los autores. Sin embargo, a un día de iniciar la distribución, Fernando Torres, de la agencia Rómulo Guzmán, comunicó: “No distribuiremos el libro porque recibimos presiones del gobierno”.
La restricción en las ventas y en la distribución del libro “José Alperovich. El zar tucumano” sirve como botón de muestra del poder del gobernador para tener a la provincia en un puño.
La obra periodística, una suerte de biografía política de Alperovich, no se comercializa en todas las librerías tucumanas debido a presiones oficiales, según comentaron algunos empresarios del sector.
Desde la Dirección de Rentas enviaron mensajes de advertencias a las librerías en caso de exhibir “El zar tucumano” en sus vidrieras. Así lo reconoció el propietario de un importante comercio del centro tucumano. Las advertencias del organismo que preside Pablo Clavarino se habrían extendido a otras librerías.
El vocero de Alperovich, Ignacio Golobisky, rechazó tajantemente cualquier responsabilidad del Gobierno con las restricciones que está sufriendo la publicación. “El Gobierno no le puede imponer qué libro vender a las librerías. No tenemos absolutamente nada que ver”, explicó Golobisky tras la consulta de los autores, los periodistas José Sbrocco y Nicolás Balinotti.
En La Feria del Libro, “El zar tucumano” comenzó a venderse con buen ritmo tras su lanzamiento, pero el dueño del comercio decidió no comercializarlo más. “Tiene un tufillo antisemita”, se justificó Mario Kostzer.
A pesar de las restricciones, “El zar tucumano”, editado por Dunken, se puede adquirir en la librería El Quijote (San Lorenzo 699), en El Griego (Muñecas 287), y en diferentes kioscos de diarios y revistas de San Miguel de Tucumán.
También se lo puede comprar en Buenos Aires en Ayacucho 357 (esquina Corrientes).

martes, 5 de julio de 2011

El Zar: puntos de venta

La obra periodístca "José Alperovich. El zar tucumano" se puede conseguir en los siguientes puntos de venta en San Miguel de Tucumán:

El Quijote: Chacabuco y San Lorenzo.
Además, también se podrá adquirir en diferentes kioscos de diarios y revistas del centro tucumano.

También está disponible en otras librerías, pero no quieren que su nombre salga en el blog por las amenazas de mandarles Rentas.


Donde se lo consigue son:
En la puerta de la Gran Vía (San Martín 648)
Al lado de la Caja Popular sobre San Martín al 400
Rivadavia y San Martín
Al lado del bar El Molino (24 de septiembre al 500)
24 de Septiembre y Laprida (sobre 24)

Nueva modalidad: entrega a domicilio

Si querés recibir el libro en tu casa en Tucumán mandá un mail a jsbrocco@gmail.com
Si lo querés recibir en Buenos Aires mandá un mail a nbalinotti@lanacion.com.ar


Pronto informaremos de los puntos de venta en Yerba Buena.

En Buenos Aires se puede adquirir en Editorial Dunken: Ayacucho 357, casi esquina Corrientes. Pronto también estará en algunas librerías porteñas.